viernes, 28 de enero de 2011

She knows...

- Ya sabes, algo... nada serio, sin responsabilidades, sin tener que depender de la otra persona para todo... Seamos independientes... ¿juntos? Sí, es un poco contradictorio... mmmmm...

- Disparo en MI cabeza.

- Disparo en SU cabeza.

- ¿Eres gilipollas? + Discusión agotada

Y lo fácil que sería todo si todo no lo hicieramos tú y yo...

miércoles, 26 de enero de 2011

Víctor Dinamita.

-         Soy Víctor Dinamita, y seré su asesino esta noche- dijo mientras se sentaba en la mesa con su víctima-. No intente hacer nada, sabe de sobra que le estoy apuntando con una pistola por debajo de la mesa. Que grandes ayudantes los manteles largos, ¿verdad?
-         Tarde o temprano me iba a encontrar… ¿Cuánto te va a pagar el hijo de puta ese por matarme?
-         Pero oiga… ¿dónde se ha dejado los modales y la educación?- sonrió-. ¡Camarero! Un Martini seco por favor.
-         Tiene gracia que me hable de educación una persona que se dedica a matar a los demás por dinero. ¿No es como muy rastrero?

Minutos después se encontraban en el callejón de la parte de atrás del club. Se escuchaba la música de ambiente bastante lejana, pese a que estaba tras una puerta de distancia. Sonaba la canción del número de Dalarna, una bailarina guapa y con unas piernas espectaculares cuyo vestuario para la función sólo estaba compuesto por tres plumas blancas.

El futuro cadáver ya no se sentía tan seguro como dentro del local. Ahora sudaba, estaba nervioso y se libraba del nudo de la corbata que llevaba. Víctor le empujó contra unos cubos de basura mientras comprobaba que el cargador de la pistola tenía balas.

-         ¿Por qué vas a matarme? Te pagaré el doble si no lo haces… - estaba realmente acojonado.
-         ¿Y por qué no habría de hacerlo? Así aprenderás a hacer negocios con la gente adecuada, aunque mucho me temo que donde vas a terminar, pocos negocios vas a hacer.- había dejado atrás los modales.
-         No sé, ¿no tienes un código ético, o moral? ¿no tendrá remordimientos de conciencia?
-         Pues sí, pero… ¿sabes? Sus letras se han manchado mucho por las salpicaduras de sangre de cabrones como tú. Es completamente ilegible.
-         ¿No crees que la muerte es un precio muy alto por unas deudas? Por favor, déjame vivir, conseguiré el dinero- suplicaba como una niña.
-         Deudas. ¿sabes lo que acarrean las deudas? Qué vas a saber, eres un sucio y apestoso ludópata. Lo raro es que no hayas perdido ya a tu mujer y a tu hija. ¿o es que no saben que tienes estos problemas? Quizás preferirías dar su vida antes que la tuya, seguro que mi jefe lo entenderá.
-         ¿Tú crees?- el muy cerdo hijo de puta estaba dispuesto a dar cualquier vida por la suya, incluso la de sus seres “queridos”
-         ¡Por supuesto que no! El jefe tiene corazón- y le golpeó con la culata en la cabeza-. Sólo por el hecho de pensar así me lamento de que vayas a seguir un segundo más con vida.
-         ¿Sabes cuando más temo a un enemigo? Cuando empieza a tener razón…

Y los gatos corrieron a esconderse a los cubos de basura. Las ratas fueron a refugiarse a las alcantarillas. Todo lo contrario que los humanos, que alarmados por el ruido de un disparo, levantaban las persianas, encendían las luces y gritaban. Somos completamente distintos de los animales, su instinto los hace inteligentes.

La policía no tardaría en llegar, y el charco de sangre casi rozaba la punta de sus zapatos italianos. Así que antes de que algún vecino chismoso le viese la cara, volvió al club con total normalidad.

-         Su Martini, señor Dinamita.
-         Gracias- y le dio una buena propina.
-         ¿Trabajo satisfactorio?- preguntó el camarero guiñándole un ojo.
-         No del todo Kap, no del todo. Era un cerdo, pero tenía familia, no la quería mucho, pero puede que su familia si lo quisiera a él. Este trabajo es pura mierda.
-         Cuando se juntan la justicia y la injusticia…
-         Gana el dinero- y bebió de su copa-. ¿Ha salido ya Eleanor?
-         Se está poniendo las botas. En 5 minutos la tienes sobre el escenario.

jueves, 20 de enero de 2011

Me salgo.

Me lamento sólo de tener una vida que dar por ti
Cuando daría planetas enteros con vivos y muertos
Me salgo de esta historia de males sin fin
La ironía es que por mucho que diga, me quedo dentro

Me vuelo, como los albatros de los marineros
Como las nubes del cielo que en su pico rompen
Me salgo como los monstruos de mis cuentos
Que tus personajes de esta historia se comen

Me caigo, pero con premios y cansado me levanto
Me he resbalado con el hielo que suelta tu pecho
Me salgo de las letras que escribo y que canto
Pero te cansas y si te he visto no me acuerdo

Me vuelvo, no debí dejar de dedicarte estiércol
Para que crezca tu odio hacia mis tonterías
Me salgo, pues nada crece en invierno
Y habrá que esperar a verte otro día

Me rompo, me quiebro y me hago pedazos
Sólo para sacar sonrisas de recuerdos
Me salgo escribiendo, es que yo lo valgo
Poeta valorado seré en mi quehacer de muerto

Me comen los gusanos sin haber llegado a la tumba
Sólo porque lo he dicho, pero sigo vivo
Me salgo que aún nos quedan más lunas
Pero cada uno a lo suyo, yo solo y tú contigo

Me odio por no dar salida a mis otras ideas
Y que estés tú en cada esquina de mí
Me salgo, a ver si dejándote dando vueltas
Te cansas, te escapas y sabré ser feliz

Me admiro, por no cortar la cuerda en un desliz
Que es no cortar las esperanza de que haya mañanas
Me salgo, o eso dije acerca de pasarme por aquí
Pero no puedo evitarlo y es que saco oro de telarañas

Me harta que no haya confianza para ser sin etiquetas
Después de haber bailado al ritmo de tu piano
Me salgo dando tumbos buscando otras tetas
Para amamantar cariños que me gustan de esos raros


Me miro y el reflejo en el cristal está sucio
Tal vez sea que mi alrededor está sucio de vacío
Me salgo de cualquier sitio en que esté metido
Que cualquier ratonera es cobijo de mi hastío

Me pinto a ver si consigo alguna sonrisa
Que es más fácil ser feliz de mentira con la gente
Me salgo del mundo que no deja hueco para brisas
Pecas personas y muchas tú en el viaje de mi mente

Me canso y lo siento de la gente de mí alrededor
Pero soy muy egoísta y ellos sienten lo mismo
Me salgo, que yo sé salir solo al mundo exterior
Que no me pidan ayuda, que yo voy a mi ritmo

Me como la cabeza de hambre de rimas
Que no sé terminar nada hasta que te guste
Me salgo y lo dejo inacabado, ya lo terminas
Poniendo sentimientos que no te asusten

Me doy cuenta de que ningún día es perfecto
Da igual si te he visto o si no hemos hablado
Me salgo y es que todo es porque yo quiero
Pero no es fácil cambiar sacos que no se han sembrado

Me escapo que las antorchas de mi jaula están apagadas
Te pasa por parpadear sin echarme de menos
Me salgo al cielo nublado con estrellas desveladas
Si nunca me has echado de menos entre plata te espero

Me ondulo como los rizos que no dejas crecer
Me acuesto en las ojeras que adornan tus ojos
Me salgo de tu cabeza que sepas que no voy a volver
Pero me quedo en tus labios de burdeles rojos.

viernes, 14 de enero de 2011

De qué está hecho este texto.

Está hecho de tu mirada, pues el reflejo de tu pupila se va a quedar en cada palabra. Del aire de tus pulmones, pues con tu respiración vas a ir acompasando el ritmo de la lectura. De tu boca, pues cada frase hará que compongas una sonrisa. De tus oídos y de que se pregunten por qué nunca van a escuchar esto. De tu cuerpo, pues aquí está cada centímetro de tu piel.

Está hecho de las estrellas que cayeron cuando volqué el cielo sobre tu terraza para que siempre tuvieras algo de luz. De la luna que se agarró a las nubes y no quiso caer. Del sol que no está porque era de noche, pero que ves todos los días y te hace ver que no soy perfecto, que no puedo dártelo todo, pero lo intento.

Está hecho de todos los granos de arena de los desiertos, pues cada uno de ellos significa lo que siento por ti. De cada gota de agua que hay en los mares, pues son tan infinitas como el tiempo que espero por ti y tan saladas como los minutos que escuecen mientras espero. Pero aguanto.

Está hecho de cada copo de nieve que cae en un invierno que hace que estés más espectacular que nunca. De cada flor que sale en primavera, de los campos inmensos que cubren y que reflejan nuestros sentimientos a pequeña escala, algunos buenos y otros malos. De cada gota de lluvia que cae y que me ha mojado mientras te esperaba. De cada rayo de sol que nos radió en verano cuando nos conocimos. De cada hoja seca que cae en otoño y que son pisoteadas como… bueno, ya sabes.

Está hecho de la ilusión que pongo en cada cosa que hago para ti. Del esfuerzo que hay en cada conexión entre palabras para que todo quede bien. Del valor que tengo para decir estas cosas por escrito y del que me falta para decírtelo a la cara. De las ganas que te faltan a ti de querer leerlo y de la poca ilusión que te haría escucharlo. Del poco esfuerzo que haces para ignorarme.

Está hecho de tópicos, de cursiladas, de moñadas, de cosas adornadas que no te gustan y que odias. Está hecho de que sabes que yo también odio decirlas, pero que ahí están y quieren salir. Está hecho de que no podíamos tener todo en común, y mejor así. Está hecho de que no eres como las demás, salvo en una cosa…

lunes, 10 de enero de 2011

De qué está hecha esta canción.

Está hecha de pedazos de almohada mordida
Cosida a retales de sábanas de camas hundidas
Tejidas con hilos de aquel agosto de flores amarillas
Está hecha del frío en tu rostro sentada en aquella piedra
Mirando montañas, haciendo formas en la niebla
De aquel sol que aquella mañana brilló por su ausencia
Está hecha de subir por las ruinas de la ciudad destrozada
De aprender de palabras, para beber y olvidarlas
En una azotea estrellada que hasta las tres nos guardaba

Está hecha del polvo de las alas batidas de miles de mariposas
Que no están en ninguna tripa sino en aquel septiembre de flores rosas
Dando paso a tormentas, echando a volar en tu mente borrosa
Está hecha de otras canciones que me has enseñado
De las que me acuerdo nada más haberte mirado
Que tenemos ninguna en común sólo para diferenciarnos
Esta hecha de no atreverte a rendirte solo por no poner etiquetas
No vas a quemarte con el fuego que te brindo si no quisieras
Si también rechazas el calor amigo ya no sé qué me queda

Está hecha de nuestra historia de tus dudas y mi tiempo
De que aunque te mande perlas tú siempre mandas cuervos
Volando de negro sobre calles con corazones muertos
Está hecha de tu historia de que siempre quieres volar
Ninguna pendiente es difícil de escalar si al otro lado está el mar
De que tengas cuidado con las olas, al final ellas te arrastrarán
Está hecha de mi historia de que siempre quiero verte
De saberme controlar y no presionarte, me tomé la molestia de conocerte
Tengo calendarios con días tachados, a ver si se hace de suerte

Está hecha del vacío que ocupan tus explicaciones
Son más escasas que las palabras de decir amores
De la incomprensión, de ti misma, de tus razones
Está hecha de tus dolores de cabeza que me duelen a mí también
Que si a ti te provocan jaquecas, a mi tardes sin llover
Hasta que te cansaste y decidiste que tú te curabas y yo debía perecer
Está hecha de que algunas cosas solo las vas a entender tú
De que si supiese que lo fueras a leer, habría puesto algo más de azul
De verde, de morado, de rojo, de sandías, de tus uñas encerrándome en un baúl.

viernes, 7 de enero de 2011

Ochrasy: Origen.

Existen, están ahí, si ellos no quieren, no puedes verlos. Eran un par de seres diminutos renegando de cualquier lugar y buscando uno nuevo. Un jovencísimo Tony Zoulias, sin bigote aún, y su chica, la rebelde Jeanette, caminaban entre tabiques y ratoneras. Ella estaba embarazada, en un estado bastante avanzado además, y no tenían mucho tiempo.

-         ¡Oh Tony! Tenemos que encontrar ya un lugar que no sea entre estas paredes, hay ratones y arañas.
-         Lo sé mi vida, lo sé- dijo él con preocupación-. Voy a salir fuera, a ver que encuentro.

Salió de la pared a través de un agujero que había cerca de un enchufe. El exterior era, simplemente, una habitación. En la puerta había un letrero en el que ponía “Luc”. Debía ser el propietario. Por lo que Tony pudo ver en las fotos, era un crío de unos 6 o 7 años. Al fondo del cuarto, había un gran armario, separado un poco de la pared, lo que podría ser un escondite perfecto.

Fue allí, con cuidado de no ser visto, aunque no parecía que hubiese nadie por allí. Detrás del armario había polvo y trozos de plástico de juguetes rotos y viejos. Los colocó de tal manera que formaron lo que parecía una pequeña casa. También se sirvió de algo de ropa sucia que por allí había, como calcetines y algunos botones. Cuando terminó, fue a buscar a Jeanette.

-         ¡Socorro!- escuchó Tony cuando volvió a su escondite. Era la voz de Jeanette.
-         ¿Dónde estás? ¿qué ha pasado?- gritó el joven diminuto con preocupación.

No hubo respuesta, así que Tony corrió hacía el lugar donde se había escuchado la voz. Al doblar una esquina y saltar un par de tuberías, Tony vio a un grupo de seres semejantes a él.

-         ¡Eh! ¿Quiénes sois? Devolvedme a mi chica.
-         Tranquilo, amigo- dijo uno de los secuestradores remarcando la palabra amigo-. Me llamo Horst. Aquellos de allí son Josephine, Gustaf y Björn. Estamos aquí para ayudarte, para ayudarla.
-         Si de verdad queréis ayudarla devolvédmela, he encontrado un sitio en el que estar seguro y donde podrá tener a nuestro hijo a sano y salvo.
-         ¿Un lugar dices? ¿Es en el exterior? ¿O tal vez perteneces ya a una comunidad?
-         No pertenecemos a ningún lugar, somos libres, nosotros somos nuestra propia comunidad.
-         Mmm...… - Horst se puso a pensar-. Josephine, encárgate de la chica. Gustaf, Björn, venid. Tú- y señaló a Tony-. Llévanos al lugar en el que piensas quedarte.

Tony no se fiaba mucho de ellos, pero no tenía más remedio que ceder por su bien y por el de su novia embarazada. Por el camino hasta el escondite de detrás del armario, Horst le iba diciendo al futuro padre que ellos también buscaban un lugar al que ir, hartos de la vida entre paredes.

Llegaron al lugar donde Tony había construido su refugio.
-         Este sitio es lo bastante grande para todos nosotros- dijo Tony con intención de llegar a un acuerdo-. Si me devolvéis a Jeanette, podríamos convivir aquí todos en paz y armonía.
-         ¿Crear una nueva comunidad? Renegamos de las nuestras, y tú… ¿nos pides crear una nueva?
-         ¿Por qué huisteis de vuestras comunidades?
-         Por las leyes, no estábamos de acuerdo con ellas- Dijo Gustaf.
-         Pues bien, aquí empezaremos de cero, estableceremos nuestras propias leyes.

Tras unos minutos de debate, llegaron a un acuerdo. Construyeron unas cuantas viviendas más y volvieron a donde estaban las chicas. Allí, les contaron lo que planeaban hacer. Empezar de cero. Así que todos cogieron sus cosas y se trasladaron.

En la cena de inauguración de la nueva comunidad, Björn preguntó que cómo se iba a llamar aquel lugar.

-         Yo había pensado en llamarlo Aberdeen- dijo Horst.
-         A mí me gusta más Ochrasy, ambos nombres no tienen ningún significado especial, pero me parece que suena mejor.
-         Como quieras, paso de discutir, prefiero brindar…- dijo Horst levantando una diminuta copa con un líquido verde-. ¡Por Ochrasy!

Y todos brindaron, y así se originó ese lugar detrás del armario donde ocurrirían, con el paso del tiempo, muchas cosas, algunas buenas, otras malas. Pero así es la sociedad. Cabe decir que, dos semanas después nació la hija de Tony y Jeanette, llamada Aberdeen, nombre elegido por su padrino, Horst.

martes, 4 de enero de 2011

Verde y amapolas [2].

¿Cómo me has traído hasta aquí?
Me has drogado con tus labios,
sabía que me decían que iba a morir
desangrándome entre tus armarios.

Los golpes me duelen más por dentro,
no fumas y me quemas con un cigarro,
se funden sudor, lágrimas y sangre en el suelo.
No me saques los ojos si los apago.

Verde, has perdido todo lo inocente.
Desde la tumba veo las amapolas.
Sientes que todo está mal al verme,
las flores no son más que sangre roja.

Me das patadas en las costillas
y me pisas con tus tacones de aguja.
Me dejas la ropa pasto para las polillas
y las tripas, poción para el caldero de bruja.

Escúpeme, sabes que la saliva no me mata.
Llórame, tu odio es mi alegría.
Córtame, tus manos en mi garganta.
Estás gastando tu vida a costa de la mía.

Verde, has perdido todo lo inocente.
Desde la tumba veo las amapolas.
Sientes que todo está mal al verme,
las flores no son más que sangre roja.

Y cuando ya no queden más paredes que manchar
y esté yo tumbado en el suelo sin moverme
no habrá más flores rojas que pintar.
Bésame, pues has hecho que no vuelvas a verme.

Recuerda las últimas palabras que dije en prosa,
cuando me preguntaste por qué sonreía,
sabes que con cada gesto que haces, con cada cosa,
aunque me mates, me llenas de vida.

Piensas en mí hasta para hacerme daño.
Aunque no te guste sabes lo que significa,
no estás acostumbrada a que te aprecien tanto
pero yo sí estoy acostumbrado a las heridas.