domingo, 29 de octubre de 2023

Libarte

Ya no tengo alma, reside en otro corazón;

no conozco la calma, solo un cuerpo que bregó

y cuando se me olvide por donde pisar

siempre quedarán tus pasos llevándome detrás.

Eres lo que me pasa cuando no me pasa nada;

y entre echar alas o raíces volé para arraigar en tu cama.


Y libarte como si fueras un narciso de otoño

aunque no cuentan contigo otras flores para florecer.

Y tocarte como se tocan mis labios y tus rotos

que se esperan para engalanar con su sabor la piel.


Te he encontrado a tientas con mi lengua enloquecida;

se sabe su hogar en tus piernas y en tu agujero su cobija

y no se queja si llueve porque se mata viviendo

sin saber qué es de mi cuerpo sin tu cuerpo.

Y no hay mar, pero el faro no ha dejado de brillar;

y entre navegar o hundirme eché el ancla en tu muladar.


Para libarte como si fueras un narciso de otoño

y que se mueran las flores que florecen sin tu permiso.

Y besarte como es un beso un poema y tus ojos

que no quieren leer porque se cansan de tanto que les han escrito.


Y libarte como si fueras un campo entero de primavera

aunque salgan las flores sin permiso para florecer.

Y follarte como si de nuestros cuerpos se hiciese candela

para dormir calentitos cuando al invierno le dé por joder.


Que se coman los gusanos todos los sueños

en los que mis manos no han llegado a tu pelo;

sin salir de su letargo muriéndose de envidia

porque es tu pecho al raso la luna más bonita.

Que me corten la lengua si me he quedado sin palabras

para ensalzar tu silueta, para confesar que soy todo agua;

si arde como el sol resplandeciente esa voz que guardas

como las cadenas que amanecen lastrando mi desgana.

Que no duermo tranquilo si peinas con tu respiración

el encanto encendido de embriagarme con tu olor;

si aprendo de la compañía gracias a tu ausencia,

que el amor con el que me miras solo está en mi cabeza.

Pero lo importante es como se camina a través del fuego

y dando palmas con tu risa he cruzado un par de infiernos…


Para libarte como si fueras un narciso de otoño

y dormirse mi boca con el sabor de tu flor.

Y tocarte como se tocan mis ojos y tus ojos

dejando pasar entre las miradas un leve y furioso temblor.

Y besarte como es un beso un verso para el cobarde que huye,

que le reza a la luna para que nunca nos separe el sol.

Y follarte como si de nuestros cuerpos saliese la lumbre

que nos encienda otra vez para que no se apague el amor.