Se nos fue la mano
con esto del amor descontrolado.
Y ahora tú te quieres sola
y yo estoy buscando otras.
Ninguna se parece necesariamente a ti,
tal vez por eso ninguna me haga feliz.
Ya no me quemo
con el fuego que prendió tu pelo.
Y ahora ya veo tardes naranjas
o el mismo color del sol al alba.
Ninguno me recuerda necesariamente a ti,
tal vez por eso ya ningún día es gris.
Ya casi no lloro,
con esta lluvia cada gota es oro.
Y ahora sé que no mereces la pena,
y que todas mis palabras me envenenan.
Ninguna es necesariamente para ti,
tal vez sólo las que duelen, esas sí.
Se cayó una estrella
sólo para ir a buscarla y que me quisieras.
Y ahora ya te valen los mecheros,
y yo seguía perdido por el cielo.
Ninguna luz era necesariamente para ti,
tal vez el brillo de mis ojos te haga sufrir.
Ya hay muchas hojas,
en el parque es otoño como en mis rosas.
Y ahora tú sigues oliendo a verano,
quiero borrar todos los recuerdos en vano.
Ninguno es necesariamente sobre ti,
tal vez si salen pavos y tus ojos añil.
Se nos fueron los días
con esto de querernos con alevosía.
Y ahora sé cuanto vale el tiempo,
ahora son segundos lo que eran besos.
Ninguno era necesariamente para ti,
tal vez te los daba porque el amor es así.
Se rayó nuestra canción
por eso de escucharla con el corazón.
Y ahora tú escuchas otras voces
que te dicen que no me toques ni me roces.
Ninguna caricia existiría necesariamente sin ti,
tal vez sin tu piel debajo no pueden vivir.
Ya no existe el verde,
sólo el blanco y negro de no tenerte.
Y ahora tú vistes de mil colores,
yo digo giralunas tu dices girasoles.
Ninguna flor era necesariamente para ti,
tal vez tú eras la rosa blanca más bonita en mi jardín.
Ya casi no escribo,
sólo una puta mierda que te dedico.
Y ahora tú haces ojos ciegos,
no te preguntas por el entierro de mis dedos.
Ningún poema es necesariamente sobre ti,
tal vez sólo los que escribo desde que no estás aquí.