lunes, 20 de diciembre de 2021

Cosmografía interna

Jim Jones invita al último trago,

aún no estamos perdidos,

volamos por el espacio

explorando sin rumbo fijo.


He salido a la calle sin dormir

y he tenido miedo

porque todo es tan grande

y nosotros tan pequeños.


Ha sido otra noche de lobos

aullando aunque no haya luna llena;

me han rodeado los demonios,

extraña reunión de tristeza.


Hoy me he mirado por dentro

y soy todo un espacio con tierra

y cielo, lloraré cuando sea el momento,

esta noche mis ojos son dos planetas.


Esta noche tampoco he podido dormir,

al límite y sin protección;

cada vez que me miras así

se me mueren las ganas de vivir en un rincón.


Ha sido otra noche de lobos

aullando aunque no haya luna llena;

me han rodeado los demonios,

extraña reunión de tristeza.


Me paro en tus heridas,

me guardo tus olores para mí,

hay que morirse en muchas vidas

y yo me detestaba hasta morir.


Duermo mal cuatro noches por semana,

tú duermes mal sin mí.

Tengo la pistola cargada de palabras

y he disparado las peores contra mí.

Cuidado con el silencio y la soledad,

ojalá nunca te preguntes

qué significa este ojalá.

No le deseo a nadie mis noches

tan vacías en la gran ciudad,

no me importa esquivar los coches

si nos atraviesa la ansiedad.


Ha sido otra noche de lobos

aullando aunque no haya luna llena;

me han rodeado los demonios,

extraña reunión de tristeza.



lunes, 25 de octubre de 2021

La Odisea

Acuéstate en mi cama de olivo que no hay quien mueva.

Como la pez llega la noche negra, soy hombre de bronce y lino.

Un caballo desbocado y sin bridas, pesadilla del marraguero,

ha pasado tanto tiempo desde el banquete en el Ida.


Ya estás dormida y abrazada al olor que dejo en tu almohada

y no pasa nada mientras pasa de todo y las sirenas cantan.

Se pudran mil primaveras y que viva el otoño una vez más

si no tiene fin este mar que me encontré tras la guerra.


Deja que te cuente las cosas que hice mal contigo y

que acabaron conmigo y que quiero hacer bien contigo.

Un empacho de flores y olvido, de deseos y lestrigones,

mi venganza es escribir canciones, hartura de jarcias y remolinos.


Le pido el fuego a tus manos y te da por invernar,

te pido el verano y entre tus dedos hallo un mar.

No necesito seguir viajando, o sí,

en tus ojos veo brillando lo que nunca conocí.

No necesito superar nada ni a nadie

porque en realidad “nadie” estuvo aquí.


Para el viento que somos cometas a merced de un huracán,

en mil naufragios aprendí a remar y donde quise estar solo

estoy con todos. Y pasarán los años y a veces las brujas

y a veces Tiresias, la tierra contigo es el cielo de otro planeta,

pero sin ti, el infierno que tengo más cerca.

Me bebo la sangre, recuerdos de la guerra,

si hay que entrar en batalla

no hay mejor armadura que los abrazos que me regalas.

Y a veces mil lunas, el oro que me ayuda

no viene de la manzana de Afrodita,

rompen las olas mejor en tu cuerpo que en la isla.


Te has guardado la montaña para ti mientras esperas,

hay menos color en mi barba que en tus telas.

Pasan los años y hay algo que tienes que saber de mí:

conservo intacta esta cicatriz por si quisieras quedarte a dormir,

nos abrazaremos todas las partes, hay una por cada amante

que a flechazos, son tus besos, hice huir.