sábado, 29 de septiembre de 2012

F.

     Se levantó, ya pronto otra vez, volviendo con su antigua amiga "Rutina 1", pues "Rutina 2", que era la del verano, ya empezaba a cansar, y hay que turnarse. Desayuno, ducha... lo típico. Si le sobra tiempo se deja descargando alguna serie para cuando venga de clase, así tiene una excusa para no estudiar. Se musicaliza con sus auriculares baratos y tira para el metro. Tiene dos estaciones cerca, pero el frío le hace ir a la que está más próxima a su casa. Todo esto sin importarle nada, sólo su música y pensando que será de él. En el metro ve mucha gente, pero a saber cuantos son personas. Van vacíos y dormidos, escuchando música como él. Van a sus respectivos trabajos, institutos, universidades... Igual que él, vamos. Hace un trasbordo que le es automático ya, sabe perfectamente donde tiene que ir y en que lugar debe situarse para estar justo en frente de la puerta del vagón. Llega a su destino, se encuentra con gente, compañeros, amigos, y vuelven a la tarea filológica. Puede que la filología no sea una carrera apasionante, que no tenga muchas salidas (que las tiene), que sus prácticas sean aburridas, que gracias a ella nunca volverá a leer un libro de la misma manera que antes. Puede que la filología no sea una carrera concurrida, que siempre sobren plazas en tres grupos que hay, y puede que no esté la gente más guapa, sino llena de frikis devoralibros (algunos). pero la filología es una carrera que, hasta el momento, le hacía vivir como una persona normal, con su rutina no muy desagradable, que puede desayunar, ducharse, ver series, viajar en metro, y sorprendentemente, es una carrera que te enseña a leer. Desgraciadamente, dicen que un filólogo nunca más leerá por diversión, sino que se dará a la tarea de investigador, de descubrir el por qué del autor, de la época, de los cánones. Investigar realmente. Quien sabe si algún día le tocará hacer una reedición de un libro (la mejor de todas). He dicho desgraciadamente, pero... tiene su interés.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Dinero.

Lo de esta noche más que amor
Ha sido dinero encima de la mesa
Pero eso, sabemos, no es lo peor
Sino que no es la vez primera
De besos sucios en basureros
En tu boca y en tu ombligo
Seguro que mañana no me acuerdo
Y tú sólo haces lo que te pido
Caricias y dedos por aquí
Mientras gritas sin saber mi nombre
Lenguas sólo para ti
Hotel Cielo, cuarto ciento once
Da igual hacerlo en una cama
Que en una ducha sucia
Es tu trabajo hasta mañana
Me dijiste “soy tuya”

Lo de esta noche más que amor
Son billetes encima de la mesa
Es tan triste que no hay pasión
Sólo sexo gris entre tus piernas
De embestidas secas y amargas
Debajo de tu ombligo
No serás nadie mañana
Ahora sólo eres un juguetito
Mordiscos en los pezones
Mientras gritas al señor
Lo hace alguien que no conoces
A través de un débil condón
Ha estado bien y ahora que sale el sol
Puedes volver cuando quieras
Tengo más dinero en el pantalón
Y más ganas que una fiera.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Situación.

Esto cada vez apesta más. No se pasa ni dios y yo cada vez escribo menos para el blog. Lo que escribo es muy largo como para ponerlo aquí, y se puede hacer aburrido, aunque va todo de sangre y sexo, que sé que os mola pillines. He estado haciendo recuento de lo que tengo y...

1) Verde y amapolas (primera colección de versos y relatos que tengo por ahí en pdf y que paso a quien quiera by the face)
2) Una puta novela a medio terminar (a ver si para finales de año...)
3) Material en aumento para otra nueva colección sin nombre aún (más seria, con relatos de extensión considerable y versos más maduros, que uno no para de crecer sabes?)

Y claro, llego yo con esta actualización de mierda en mi blog de mierda que no le interesa a nadie, pero bueno, yo me quedo más contento y con todo mejor organizado.

Además, voy a decir unas palabras bonitas sobre el final del verano y el comienzo del curso y todas esas cosas. El verano termina, aunque algunos seguimos de vacaciones (jojojojo), ha estado bien, con sus vacaciones, su calorazo tremendo y sus risas, qué epoca más bonita. Pero no todo en la vida tiene que ser fiesta y diversión. Para eso están las clases, que no digo que nos vengan bien para aprender cosas, porque luego todo eso se olvida o sólo te especializas en una cosa. Las clases, ya sean de instituto, colegio, universidad... vienen bien porque nos vuelven más responsables de cara al futuro, que no podemos seguir siendo niñatos para siempre (aunque estaría bien), así que ya sabéis, estudiad mucho, o al menos intentadlo, y a ser responsables, el verano que viene ya tocará bajarse los pantalones y mear la playa de turno.

Un abrazo gentuza!