miércoles, 25 de mayo de 2011

You remember the days when we're young? [6]

-         Cuanto tiempo sin pasar por aquí.
-         Sí, y tuvimos un inédito en el libro.
-         Ya, pero esto es diferente, aquí nos crearon.
-         ¿Y qué me dices del título?
-         Pues… ni idea. Mira, supongo que esos somos nosotros de jóvenes.

Y un par de chavales parecidos a ellos pasaron a su lado. Claramente eran una versión joven de los protagonistas. Una vez pasaron de largo, los cuatro volvieron la cabeza y se miraron. Se reconocieron.

Unos altos, otros bajitos. Unos preocupados, otros despreocupados. Unos listos, otros inteligentes. Parece mentira cómo el tiempo te lleva de un extremo a otro.

-         ¿De qué estaríamos hablando de jóvenes?
-         De qué sería de nosotros cuando fuésemos mayores.
-         Les habremos impactado.
-         Desilusionado tal vez. Han visto su futuro. Seguimos juntándonos, hablando. Y físicamente, no hemos cambiado tanto.
-         Yo ahora estoy más delgado. Y tú más fuerte.
-         También antes éramos más bajitos.
-         Y ahora tocamos el cielo.
-         O el cielo se nos cae encima.

No era la primera vez que les llovía. Ya les llovieron palabras una vez, causando que unos caracoles se les subiesen por las piernas. Pero esta vez no había caracoles. Sólo sus versiones menos mayores corriendo a refugiarse.

Si supiesen que de mayores iban a tener que soportar lluvias peores.

-         ¿Nosotros no nos refugiamos?
-         Sólo es agua.
-         Eso no pensábamos antes.
-         ¿Quieres volver a atrás o qué?
-         Pues hombre, se nos ve felices.

Y ahí estaban ellos. Felices. En un soportal, riendo y señalando los charcos en los que algún día tendrían que saltar para saber que no todo en la vida es agradable y que lo malo te cala hasta las rodillas. A no ser que sepas huir de los problemas. La lluvia siempre es la solución, porque te hace correr a sitios seguros. Si te quedas mucho tiempo bajo ella, enfermas.

-         Yo tengo la peor enfermedad de todas.
-         ¿Cuál?
-         La vida. Es de nacimiento, y no creo que me cure. Es mortal.
-         No me jodas.
-         En serio, es un virus que se contagia muy fácilmente de padres a hijos. Seguramente tú también la tengas.
-         Pues seguro. Ahora ya seré consciente de ella para siempre.
-         Mira, tuvimos un tiempo en el que no nos preocupaba.

Y se echaron un último vistazo en el espejo del tiempo.

martes, 17 de mayo de 2011

Dejado atrás.


Que la vida iba en serio nunca lo entendí
Por eso cuando se engangrena el día
Nunca tuve ganas de echarme a dormir
Prefiero buscar una mala salida

Que el colchón me echaba de menos, y qué
Salía cuando más brillaba la noche
Ya soñaría con ella en un bar otra vez
Prefiero beberme las luces de los coches

Y ahora que ya no te alcanzo
Me queda seguir tus pasos
Mecerme en tu boca
Beberme tus labios
Tu mirada loca
Y acabar borracho

Que la mañana llegaba ya se notaba
Y yo sin saber si es invierno o verano
El sol siempre sale nublando montañas
Y derritiendo los hielos de los vasos

Que encontré poesía en una servilleta
Pero maté las letras en un andén
Ha sido como una noche cualquiera
Con mucha gente pero solo otra vez

Y ahora que ya no te alcanzo
Me queda seguir tus pasos
Mecerme en tu boca
Beberme tus labios
Tu mirada loca
Y acabar borracho

Y si así van a ser todos los días será mejor
No darle importancia a nada
Que pase el tiempo a mí alrededor
Que los sueños son como las estrellas
Y por las mañanas se apagan
Dejándome tu sonrisa más bella
Y tus más tontas palabras
Las flores marchitas en primavera
Y tus ojos de desbandada

Y si así van a ser todas las noches
Hay que ponerle fin
A los que roban tus sabores
Al aletear de tu nariz
A tus pecas de colores
Que ya cuento más de mil
Agujas de dolores
Que nos pinchan a ti y a mí

Y ahora que ya no te alcanzo
Me queda seguir tus pasos
Mecerme en tu boca
Beberme tus labios
Tu mirada loca
Y acabar borracho.

jueves, 12 de mayo de 2011

50.


La edad a la que (de momento) no tengo pensado llegar.
Como dicen en otro blog, puede que se conviertan en unos acertados paréntesis.

Cuando estás mal, te sientes más conectado con el mundo. ¿Por qué? Porque el mundo es pesimista. Evidentemente, también tiene sus cosas buenas, pero sólo se nos muestran las malas. Nunca verás en las noticias que ha florecido una flor, o que cada día se besan muchas parejas. Pero si verás disparos, accidentes y demás cosas trágicas. Y en cada silbido de la bala, en cada frenazo, en cada mirada inexpresiva de un cadáver, vas a ver tu alma angustiada. Es por eso que no puedes intentar buscar la felicidad encerrado. Vuela.

No pienses que ya has volado, ni pienses que volarás. Piensa en volar ahora. ¿Cuántas veces vives el presente? ¿No se limitan tus acciones a pensamientos del pasado o a hacer algo para el futuro? No quería nombrarla, pero puesto que básicamente el blog y todo lo que está relacionado con él la concierne a ella pues… no iba a ser menos en esta entrada número 50. Ella es presente. Es verdad que pienso en el pasado con ella, pero cuando me esfuerzo lo hago ahora. ¿Lo hago por un futuro? Puede, pero es un futuro casi inmediato, tan inmediato que es… ya. Porque cuando la hablo es ya, cuando quiero algo es ya, cuando voy a por ello es ya. La gente puede ser desgraciada por no ir a por lo que quiere, pero se puede ser desgraciado por haber ido y haber fracasado, ya. El presente es caerse después de 50 veces y levantarte sin pensar en por qué te has caído (pasado) ni en si te volverás a caer (futuro). Levántate y no te rindas.

No me basta la entrada 50, ni 50 palabras para poder decir todo lo que me gustaría. Supongo que sigo teniendo miedo de todo. En este saco cosido con hilos de temor cabéis tanto tú como mi futuro, dándoos de hostias para ver quién me jode más. Por ahora vais empate. Pero no todo tienen que ser lamentaciones, que a este paso vas a crecer de tanto que te riego llorándote. El futuro crece solo, pero me estoy prohibiendo pensar en él.

Así que…

Cuando estás bien, te sientes más conectado con el mundo. ¿Por qué? Porque tú eres optimista. Evidentemente, también pasan cosas malas, pero tú puedes pensar sólo en las buenas. Nunca verás en las noticias imágenes de sus labios, o vídeos de su parpadeo. Pero si verás desgracias variadas. Y cuando veas cada desgracia es cuando tienes que sacar tu lado optimista e intentar ver lo que te hace feliz por todas partes. Es por eso que la felicidad puede estar en cualquier lado. Pero la vas a ver mejor desde el aire. Vuela.

¿Estoy bien?

Save me, Barry!

lunes, 9 de mayo de 2011

Se comenta por el cielo...


Si hago castillos de arena
Es para echar a vivir tus penas
Y nosotros soñando en un rosal
Haciendo con espinas camas de agujas
Donde no quepo si me empujas
A vivir al mundo real

Qué rabia me da el viento
Que me da en la cara y lo siento
Pero no lo puedo coger
Y cómo me gusta tu aliento
Que sabe a tierra y sabe a cielo
Pero tampoco lo puedo tener

No agito ninguna bandera
Que no he conquistado nada
Si tú no tienes patria
No hay ninguna carretera
Que me lleve hasta tu falda
Haré cemento con mis ganas

Me han contado las gaviotas
Que ya no te ven volando
Y que prefieres caminar
Por las orillas de la Rocha
Haciendo el mar llorando
Esperando a que me vaya y remontar

Que te pesa el alma guijarros
Y se deshace tu cuerpo de barro
Se te caen las plumas negras
De lo alto de tu cabeza
Para morir en tus piernas
Y revivir en tus labios

Qué rabia me dan tus besos
Que por mucho que me acuerdo
No los volveré a coger
Y cómo me gusta tu mirada
Alegre y decepcionada
Y que no volveré a ver.

martes, 3 de mayo de 2011

Florituras temporales de gallos y serpientes.

-No sé si creer o no en el destino. Lo único que sé es que pase lo que pase, siempre le puedes echar la culpa a él.
-Pues esto no es culpa del destino, sino nuestra.

     Y tras acabar la frase, ella se empezó a acercar. Debía ser un acto reflejo de aquellas situaciones. Los ojos se cerraban poco a poco, sólo se podían ver el uno al otro por una estrechísima rendija, hasta que les cubrió la oscuridad. Una oscuridad húmeda, seca, caliente, fría. Con la lengua buscando una salida. Sin llegar apenas a separarse, se rozaban sus narices. Sin tener abiertos los ojos aún del todo, se dibujaba en sus caras una sonrisa. Sólo les separaba una cortina de aliento que olía mejor que una primavera y sabía mejor que un verano. Tras respirar profundamente los dos, otra vez sus ojos cayeron como caen las hojas en otoño y se juntaron como si fuese invierno.

     Es en esos momentos cuando cogerías el tiempo y estirarías los segundos con tantas fuerzas que los convertirías en años. Pero los años pasan. Y se separan. Y adiós a las cuatro estaciones que has vivido, aunque ella siga manteniendo su mano, suave, sobre la mejilla del chico. Y él está ruborizado, y no sabe qué hacer. Sólo quiere besarla otra vez. Ella se vuelve a aproximar. Temblando. Sudando. Ella le da un pequeño beso. Le muerde el labio inferior al final. No es un mordisco violento, todo lo contrario, es juguetón.

- Nos vemos- susurra ella.

     Él no sabe que responder, sigue de pie, como un tonto. Sonriendo. Tal vez balbucea algo, pero no se le entiende.

     Y se va.

-A ver dónde encuentras otra serpiente, idiota.
-Tssss… soy un gallo. Sólo me hace falta cantar, tendré a quién yo quiera.

     Y la serpiente bajó la cabeza y siguió arrastrándose. Naturaleza lo llaman.