domingo, 19 de julio de 2015

Soy [II]

Soy del Jose Mari y de la Estrella,
Dicen que de España
Pero llevo a Grecia en mis venas.
Soy todas las palabras
Que hace la Nube sobre la Selva
Y ahora la que Brillaba.

Soy de mis tres hermanas,
Soy de todos mis amigos,
Soy todos sus nombres
Que no caben aquí escritos.
Soy Ídolo, soy admirador,
Soy poeta y soy dolor.

Soy de muchos escenarios,
Carne de cañón para los focos,
Soy más de una voz en el teatro.
Soy sangre en el Egeo
Y viento en Epidauro,
Sólo soy donde me llevan tus manos.

Soy de la playa de Sagunto,
Soy de su castillo y de sus calles.
Soy un poco en Italia,
Estoy hecho de retales.
Soy lo que me gustaría decirte
Pero que no me sale.

Soy alumno de todas las carreras,
Soy una pena que mata,
Sólo soy estas letras,
Soy una rota mirada,
Que si no fuese por los cristales
No sería nada.

Soy todo el daño que llevo encima
Y soy todas sus curas.
También soy todas mis sonrisas,
Soy quien me las provoca.
Si soy yo a veces soy la soledad,
Y si fuese un río, no miraría hacia atrás.

Soy sólo un corazón
Con todos sus errores.
Soy sólo un acierto
De todos mis corazones.
Soy un puño cerrado que se alza al viento
Hay quien lucha por fuera, yo por dentro.

Soy todos los libros que he leído,
Soy Bukowski, soy Holden,
Harry Potter y soy Bilbo.
Soy toda mi música, soy un héroe,
Estoy cansado al ser de tantos sitios,
Soy un oasis, pero nunca seré olvido.

Soy películas, soy fotografías,
Lo que me rodea,
Y quien sea persona amiga.
Soy un rayo de luz, soy oscuridad,
Soy el humo de un cigarro
En tu poesía a medio acabar.

Soy algunas botellas y tercios,
A veces en tu almohada,
A veces soy tu techo.
Soy Chema entre otras cosas,
No soy un mal beso,
Puede que un alma odiosa.
Soy un enredo en tu pelo,
Una frase graciosa.
Sin duda soy lo que quiero
Y no quiero
Ser otra persona.

martes, 14 de julio de 2015

De Malasaña a Las Ramblas

     Siempre que pienso en Malasaña me imagino garitos oscuros, con rock & roll de fondo y con sólo dos bebidas permitidas, la cerveza y el gin-tonic, para tomarte un ron con limón te vas a una discoteca. Aquí la cuestión es ser decadentista, hipster, moderno, trágico o todo a la vez. Cuando sales del metro de Tribunal y ves el ambiente ya sabes si va a ser una buena noche o no, y esta lo iba a ser. Me reuní con tres murcianos de pro, de los que a mi parecer tienen más gracia natural que un andaluz. Aún no olía a meado y se dejaron guiar por mí. Primera parada, unos tercios en La Vía Láctea. Después vino la gran decepción,y  sólo acababa de empezar... el Little Angie estaba cerrado, pero cerrado de desaparecido. Había otro lugar moderno al que no me quise ni acercar, no fuese a ser que me apareciesen volando mis gafas de pasta bien guardadas en casa, o se me arreglase la barba... quita, quita, mejor lejos.

     Fuimos a La Vaca Austera a por un cubo de Ambar, lugar de procedencia, Bunburylandia, amarga, todo lo contrario que la noche. Ya he dicho que Malasaña suele ser un lugar oscuro, pero la sonrisa de mi acompañante femenina podría iluminar Tribunal y parte de Gran Vía. El sitio no estaba mal, pero creo que por la compañía, porque la música y el ambiente del local... me hacían beber rápido para irme de allí. Salimos a esquivar orientales y su cerveza a un euro. Andrea se empeñó en entrar al Rey Lagarto, todo lo que hay allí son malos recuerdos para mí, desde el olor y su olor hasta la música y su música, pero quién dice que no a una chica que dice "achoooo" y que lleva a su novio, muy fuerte por cierto, y a su amigo como fieles escuderos. Entramos, bajo al baño, piso un charco de meados, meo, subo, melenas se enredan en mi cara como recuerdos sudados. Nos vamos, la noche es joven y Madrid Me Mata nos convence mucho. Marvin Gaye, Rosendo, Ariel Rot, Alaska... y lo más importante, chupitos gratis. Ese bar-museo tiene mi futura visita asegurada. De momento esa noche acabó más pronto de lo que uno quisiera. Bajamos hasta Gran Vía, donde mis amigos murcianos bajarían Montera hasta Sol para ir a su hostal, y yo bajaría hasta Cibeles para ir a mi autobús. No iba a dormir en él, pero es lo que me llevaría a casa. Me despedí de ellos, esperando volver a verles como espera un niño la Navidad, aunque ojalá no pase un año sin ver a Andrea porque es una de esas personas con las que puedes hablar mucho de muchas cosas, pero que sabe que la base de todo es el sentimiento, y tengo los mejores para una amiga como ella.

     El cielo de Madrid estaba más naranja de lo habitual mientras bajaba la calle. No tenía sueño, los coches, las luces, pasaban a mi lado, las rosas de las chicas con falda también. Paco me cogió del hombro y me dijo:

     -¡Qué fresquitas van esas por Barcelona! ¿no?

     Y efectivamente, lo iban. Acabábamos de actuar, la última Hécuba, homenaje al maestro que nos ha enseñado lo mejor de la vida, el que nos ha dado Grecia y ha metido por nuestros oídos un espíritu heleno. Cena en el McDonalds y la idea de tomar algo. Bajamos Mario, Abraham, Paco, Manu, Pablo y yo por Las Ramblas para ir a buscar a nuestras acompañantes femeninas. en su casa había un calor de la hostia, pegajoso, como follar sudando en verano pero sin la parte placentera. No aguantamos mucho y bajamos a la calle. Me sabía la boca a Yacaré con naranja. Sí, era ron, pero no estaba en Malasaña, aunque tampoco en una discoteca. Abraham intentó colar un rollo de papel del culo por el balcón de las chicas, y esto no era literatura, pero me hizo una gracia de cojones, en serio.

     Las chicas tardaban mucho, tanto que me di cuenta de que el cielo de Barcelona no era tan naranja. Las chicas seguían tardando y pensé que hace un rato escaso una prostituta, que seguro que era un maromo, me había dicho algo de su raja, también me hizo gracia. Ya estábamos todos, y lo que hicimos Paco, Abraham, Mario y yo fue "pillar un teki" como dice Paco y volver a nuestro hostal, porque Barcelona un lunes a la 1:30 está muerto. En Las Ramblas solo hay pakistaníes con cervezas, como en Madrid los chinos. Así que cogimos nuestro sudor y nos fuimos sin despedirnos ni nada, a lo cabrón. Pero más cabronada fue llegar al hostal en Sants y ver que la puerta estaba cerrada, y nosotros sin llave. Nos veíamos durmiendo en La Barceloneta, pero no, la llamada insistente a los telefonillos a las 2:00 da resultado, más que el intento de Abraham de abrir la puerta a hostias. Yo tengo la literatura, él tiene el boxeo, somos prácticamente iguales. Una meada y a dormir en un cuarto con tres literas, siete personas en una habitación, tres ventiladores y ninguno apuntaba a mi cama. ¿Podría haber algo peor? Sí, ir a ducharte por la mañana, no tener chanclas y arriesgarte a pillar hongos como poco en unas duchas comunitarias para todo el hostal. ¿Podría haber algo peor? Sí, ducharte, llenar el suelo de agua, salir desnudo, ponerte una toalla y salir semidesnudo al pasillo. ¿Algo peor? Sí, encontrarte a tu ex saliendo de la habitación.

     -Eh...
     -Eh...

     ¿Algo peor? Volver a Madrid, 40 grados, se derriten hasta los edificios. Que tu ex se deje la maleta y que el único que pueda contactar con ella seas tú.

      Las Ramblas no han estado mal, La Barceloneta está sucia de cojones y el calor pegajoso era insoportable, así que me quedo con mi Malasaña, que hay menos desencuentros.