martes, 29 de septiembre de 2015

No te había visto

A cualquier cosa le llamabas libertad,
primero estar a mi lado,
luego a no verme nunca más,
pero siempre me veo implicado.

No pasa nada, cualquiera se puede equivocar,
como hice yo contigo, o tú conmigo,
pero vaya error más dulce que nos fue a enseñar
que cuando algo sale mal, puede ser más bonito.

Perdón, no te había visto,
no sabía que me leías.
Apenas existo,
apenas te quería.

A cualquier cosa le llamábamos arrasar,
quemar todos los garitos,
follar para acabar,
pero siempre mandaban los gritos.

No pasa nada, cualquiera sabe que la diversión se acaba,
como me dejo llevar después de ser río.
Matarnos cada vez que se nos antojaba,
morirnos fue lo que nos quedó más bonito.

Perdón, no te había visto,
no sabía que me leías.
Apenas te escribo,
apenas todos los días.


martes, 22 de septiembre de 2015

Brutal.

I

     Entonces la sombra entra, no sé por dónde, pero ahí llega. No le da asco pisar por todo ese lugar pantanoso, pero a mí me duele. Observa todo, no sabe si está nublado o hace sol, pero pronto habrá tormenta. Cuando detecta que me miras, antes de que yo pueda reaccionar, él ya empieza a actuar. Lo coge y lo araña, haciendo que la sangre salga débilmente. No contento con eso le propina puñetazos y patadas, haciendo entonces que la sangre salga a chorros y bombee toda la felicidad que dentro pudiese albergar. Le arranca de todas las venas y las arterias, lo mordisquea, lo arrastra. Cuando apenas se mueve, salta encima, le grita, le insulta, le destroza. Y todo porque te odia. Entonces la sombra arranca pedazos de la piel de mi ajado corazón y en todos escribe tu nombre. Así me matas por dentro cada vez que me miras.

II


     Entonces la luz entra, no sé por dónde, pero ahí llega. Está encantada de pisar esa marisma, y me hace sentir genial. Observa todo, no sabe si está nublado o hace sol, pero pronto saldrá el arco iris. Cuando detecta que me miras, antes de que yo pueda reaccionar, ella ya empieza a actuar. Lo coge y le hace cosquillas, haciendo que ría débilmente. Por si eso fuese poco, le da abrazos y besos, haciendo que sonría hasta que la sangre le sonroje y bombee toda la felicidad que dentro pudiese albergar. Cose ese sentimiento a todo mi cuerpo, lo besa, lo abraza. Cuando está excitado, sube encima, gime, grita, le hace el amor. Y todo porque te quiere. Entonces la luz ilumina todo mi alegre corazón y talla en él tu nombre. Así me matas por dentro cada vez que me miras.






martes, 15 de septiembre de 2015

La voz popular

Que alguien calle a la voz popular,
no sabe de amor, no sabe de amar.
No se ve capaz de caminar
ni de remontar un río,
¿qué mundo podría soportar?
Sus hombros no son míos,
en los míos te puedes quedar,
en todo su griterío
te puedes quemar.
Y adiós a tu piel blanca
en la que me gusta deslizar
los labios, la lengua,
pero que por dios no sea
la lengua popular,
que no sabe de amor, no sabe de amar.
No se ve capaz de soplar
hasta apagarte un sol,
besan por besar
sin saber cómo es una unión
entre almas enamoradas,
manos encadenadas.
Que alguien mate a la voz popular,
sólo sabe gritar para aparentar
que te quiere bien,
pero no sabe que cien
montañas subiría
y bajaría
y volvería a subir
sólo por verte sonreír.
¿A fin de qué?
¿Sólo por un beso?
Te los compro al peso
y los guardo en una bolsa
que nunca ha de encontrar
la voz popular.
Temporada incultural,
¿y la sangre
que nos iba a pintar?
Siempre
se pierde.
Siempre
nunca sabe
que no hay nada más bonito
que dos cuerpos unidos
pintados,
yo me pido el morado
y tú el color de mis sueños,
que es el que sé colorear
con mis dedos.
Pero para un trabajo fino,
aquí está el soñador profesional,
no cojas un número al azar
y no tengas la mala suerte
de soportar hasta la muerte
a la voz popular.
Que podemos ser únicos
en nuestra especie:
una pareja que se quiere
hasta después de septiembre.


jueves, 3 de septiembre de 2015

De una sal que se deshace con más lágrimas de sal

     –Eso es escribir. Deshacerse en un medio en el que ya estás deshecho. Esparcir tu cuerpo sobre tu otro cuerpo de papel, ¿sabes? Y el que lo quiera entender, pues que lo entienda, pero que no toque más los cojones –sorbí un poco la espuma de la cerveza–.
     –Pero, ¿para quién? –y se subió sus horrendas y modernas gafas de pasta.
     –Pues eso digo yo, joder. ¿Sabes de estos escritores que escriben para niñas? Escriben de un modo que puedan llegar a mucha gente, que muchas chicas se sientan identificadas y así conecten a través de la sensibilidad. Bien, pues yo no, es más, lo odio. Cuando yo escribo, sólo escribo con dos personas en mente, y una de ellas soy yo. La otra persona es la que me hace sentir lo que escribo. Cada cosa tiene su persona, cada palabra tiene su nombre. Es cierto que muchas personas se pueden sentir identificados, porque muchos han estado enamorados, y muchos han estado jodidos, y muchos han estado más salidos que el pico de una mesa, y si has conectado conmigo, pues mejor, me alegro, es un acto precioso, e incluso puede que hayas acertado y algo de lo que hayas leído vaya por ti, entonces eso ya es la polla... en teleférico.
     –¿Entonces es todo sentimiento sincero hacia varias personas?
     –Bueno, en parte sí, verás –y volví a beber, aún seguía fresca–. Muchas veces lo que escribo es lo que me gustaría decirle a esa persona, desgraciadamente en su mayoría son todo chicas, pero también he escrito para mis amigos o mi familia. Puedo escribir que estoy enamorado de una chica y que me gustaría estar con ella, pues mira, eso es un poco inventado, porque nunca he estado con esa chica y no sé lo que se sentiría, pero si que es verdad que me gustaría estar con ella. Así que lo que escribo es un poco de realismo-ficción.
     –¿Eso existe?
     –Pues no tengo ni idea. Si existe, eso es lo que hago, y si no existe, he inventado lo que hago.
     –Juntando todo lo que has escrito en ambos blogs o cosas que no han sido publicadas, tienes más de doscientos relatos y poemas, o canciones, o cosas en verso... ¿me estás diciendo que cada una de ellas tiene dueño?
     –Sí, el dueño soy yo, la inspiración son bastantes personas. Muchas se repiten, algunas hasta me hacen explotar de sentimientos, y notar eso es una experiencia increíble. Imagina que al ver a esa persona... no es que te lata el corazón, es que ha explotado y se está saliendo por los poros de tu piel. Es como estar empalmado, pero de amor... y eso cuando es bonito. Cuando escribes odiando a una persona te sientes Satanás, y el infierno es el papel, y a ese infierno hay que ponerle paredes de tinta y palabras, porque si no los demonios se escapan, y esos te destrozan el corazón más que el amor. Así que cuidado con eso de enamorarte.
     –Contigo es el que más éxito ha tenido, ¿cuántas veces te han preguntado por quién va? –noté cómo se echaba hacia adelante para escuchar mejor, para crear una esfera de cotilleo, al fin y al cabo a todos les mueve lo mismo.
     –Esa entrada tiene más de doscientas cincuenta visitas, imagino que todo el que lo haya leído se lo ha preguntado, y estoy seguro que la persona en la que pensaba lo ha leído también. Es un poco exagerado, porque el sentimiento no es para tanto, simplemente se me vino a la cabeza y escribí, es como te decía antes, bastante inventado, me inventé una bonita historia de amor, nada más. En este caso sí es fácil que más de una persona se sienta identificado, porque imaginarse una vida entera junto a una persona que te gusta es muy universal, deberíamos practicar más la imaginación.
     –¿No es tu favorita?
     –Ni de lejos. Es buena, o eso creo. No soy tonto y sé utilizarla a mi favor, es el primer relato de una recopilación que he hecho. Lo que no entiendo es el poco éxito de su contraparte, Sin ti, que cierra esa misma recopilación. Si tuviese que elegir algo... en verso me quedaría con Sudan los peces o Me salgo, y en prosa... Sin ti me parece más bonita que Contigo porque es más real. Tristemente lo triste es lo más común. Por fin un final feliz también es de mis favoritas. Y Plátanos y albaricoques me hace gracia, pero es otro rollo distinto.
     –¿Algo más que decir?
     –¿Con quién estoy hablando?

     Y me terminé la cerveza.