martes, 21 de marzo de 2023

Cruce de miradas en el limbo

Ya me lo dijo Leiva, hay que ponerle sangre al grito,

pero este río que me lleva no conoce mares tranquilos.

Sonó la casa morada rompiendo sus paredes,

no hay manos ardiendo que aguanten estos atardeceres.

Así que me fui pensando en volver

y cuando llegué yo ya estaba allí.


Y en un estado infinito, más muerto que vivo,

crucé miradas con Zahara en el limbo.

Me olvidé de la ruina creciendo en las ausencias,

sigue habiendo gente feliz a dos metros bajo tierra.

Así que por donde piso ya no crecen las rosas,

he visto cosas que solo tú has visto.


Ya me lo dijo Leiva, fue esa puta electricidad,

pero este cuerpo que se quema solo conduce el mal.

Sonó lo que nos merecemos rompiendo con un grito el sol,

no hay semana que se acabe en un domingo de resurrección.

Así que en el espejo no veo la verdad,

por algo será este trago de veneno.


Y en un estado desconocido, más muerto que vivo,

crucé miradas con Zahara en el limbo.

En una habitación de hotel en la nunca he estado

solo escucho una canción que no ha salido de mis labios.

Así que por donde fui solo crecen los incendios,

fuimos un mar en el desierto, solo un error más que cometí.




lunes, 20 de marzo de 2023

Yom Kipur algo tardío

Llegó cuando tuvo que llegar y sin grilletes,

sin vivir en los papeles y húmedo de llorar.

Porque no ha querido salir, será por invierno;

porque me ha llevado al infierno, hogar de arrepentir.

Y yo vuelvo a saber, y tú vuelves al ladrido

de los pechos partidos, del recuerdo en la piel.


Creerás en buen momento que no hubo perdón,

ni gotitas de limón para estos dolores al viento.

Porque cuando quiso salir se aventó la primavera;

porque azotó un mar de mierda mi torre de marfil.

Y tú quieres saber, y yo vuelvo a destripar

con manos de cristal el mundo que no pudimos ver.


Y si no pasa en esta vida, que se reencarnen los valientes,

con una ya he tenido suficiente para abrazarme a las heridas.

Y si se deja ver ahora la gracia, será un beso en un naufragio

y la balsa un ataúd sin clavos, pero el pasado nunca un ancla.


Lloré cuando te tuve que llorar donde el sueño muere,

hay un altar donde uno vuelve pero no cruza el umbral.

Porque no quiso salir estando cerca tu cuerpo;

porque el quebranto de cemento es un libro sin abrir.

Y yo vuelvo a leer, y tú a los pesares escritos

de lo que nunca te he dicho, de una procesión de doler.


Sabrás, llegada la hora, que esto fue lo mejor,

cuando padecer es cosa de dos y reír de una persona sola.

Y cuando por fin salió se disfrazó de silencio,

incendió bosques y templos y ni siquiera apagó el corazón.

Y tú quieres saber, y yo solo quiero nadar

un arroyo turbio de cal y que tú puedas renacer.


Y si no pasa en esta vida, que se reencarnen los valientes,

con una ya he tenido suficiente para abrazarme a las heridas.

Y si se deja ver ahora la gracia, será un beso en un naufragio

y la balsa un ataúd sin clavos, pero el pasado nunca un ancla.