domingo, 18 de febrero de 2024

El lamento en las Torres de Alzaluna

Ya lo has perdido;

teníamos en común lo que las llaves y zapatos,

los árboles siguen llorando en la orilla del río.

Ojalá siempre seamos donde curarnos

y te pondré unos versos del Robe y de los Marea

y tú preguntarás “¿dónde fueron los poetas?”.


Ya lo has perdido;

los pasos olvidados al irte de donde quisiste estar,

las puertas abiertas de este pecho siempre vivo.

Ojalá ser el espigón donde duerme tu mar,

y no sé si esto es real o solo está en mi cabeza

como en la película de ese escritor y Léa.


Y si escuchases a alguien llorar

tendrás que acercarte más,

habrás superado la bruma

y te espera la batalla en las Torres de Alzaluna.


Ya lo has perdido;

ahora está el pueblo lleno de muertos y fantasmas

que no son más que los recuerdos contigo,

la intensidad del café un domingo por la mañana.

Debes ser un sol porque me duele mirarte.

Si vives lejos me gustaría acompañarte

que las calles existen para los dos.

He estado pensando en que eres los libros de viajes

y todas las canciones de Destrozares

y las películas tristes y solitarias de ese director.


Ya lo has perdido;

confundimos poder con querer,

ojalá me hubieses conocido

cuando todo estaba bien.

Y eso que hicimos tan mal también nos hizo reír,

ahora no recuerdo qué fue, pero sí tu risa y a ti;

y dime tú si Sophie y Julien tenían futuro.

Y hay veces que no me quiero ir a dormir,

suena a veces en bucle “cuando te conocí”

y no sé si habremos pasado más de 500 días juntos.


Y si escuchases a alguien llorar

será que te ha visto llegar,

traerás tu carita de lluvia

y te espera la batalla en las Torres de Alzaluna. 




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